martes, 19 de marzo de 2013

Sevda


Me acuerdo de aquella última mañana de viaje, en el verano de 2011; de vuelta de Gömürgen (Turquía).
En el ferry, cruzando el Bósforo de Asia a Europa. Burak me decía que algún día volvería a Estambul y que ya no podría dejar de amarla, porque la Ciudad es un imán.

Entonces no le creí. Yo fui pensando en Oriente, en el lujo de los palacios y en las alfombras voladoras. Me encontré la mayor metrópoli que yo había visto jamás. Ahí sólo veía el gris de las calles y el aire.



¡Qué razón tenía Burak!

Y a él le debo estar aquí, por segunda vez y de vuelta; tal y como el dijo.
Amando esta ciudad más de lo que podría haber imaginado el pasado 15 de Septiembre.

viernes, 15 de marzo de 2013

Insha'Allah


In šāʾ Allāh (إن شاء الله, lit. Si Alá/Dios quiere) es un término árabe evocado por el indonesio, el árabe, el malayo, el persa, el Bosnio, turco, el Urdu, Hausa, Bengali, inglés, alemán, español, portugués y oradores franceses para indicar la esperanza en un acontecimiento, ya mencionado, para ocurrir en el futuro.

La frase del español, ojalá (que), y la frase portuguesa, oxalá (que), ambas significan "Dios/Alá quiera" y nacen del árabe. Esta frase es un ejemplo de muchas palabras tomadas prestadas de este idioma debido al dominio Musulmán de algunas áreas de la Península Ibérica del siglo VII al siglo XV.

Istiklal yüzleri


Istiklal Caddesi es la gran avenida comercial situada en el centro neurálgico de Estambul. También supone la unión de la Plaza de Taksim con Tünel, lo cual explica que se haya convertido en el principal paso de personas en el distrito de Beyoğlu.

Istiklal nunca duerme. Desde por la mañana se pueden ver los incansables vendedores de simit y las furgonetas de los reponedores. Poco a poco van a apareciendo los viandantes y de golpe y porrazo la multitud inunda la calle. No será hasta bien caída la tarde cuando ésta se retire para dejar paso a una nueva horda que ahora va en busca del entretenimiento nocturno de los miles de bares de todos los estilos que se pueden encontrar en esta avenida.

Istiklal es una feria cuando empieza a caer el sol. Los neones de todos los colores, protagonistas: el rojo y el azul. La música que se escapa de las ultramodernas tiendas de ropa y de los clubs de la segunda planta. Las luces de Navidad que se mantienen encendidas durante todo el año. La campanilla que anuncia que debes apartarte del medio de la calle para dejar paso al tranvía.

Y las miles de caras.



Normalmente mis pies toman cualquier otra paralela para evitar tanto gentío, pero a veces, y sin prisas, me doy un capricho y paseo lentamente por esa arteria urbana. Me dedico a mirar a tantas personas como puedo y me pregunto cómo serán sus vidas.

¿Se querrán?
¿Cuántos litros de alcohol llevas en sangre?
¿Para mitigar la falta de dinero?
¿Cuánto dinero ha costado la pasmina que te cubre el rostro?
¿Cuántos años tienes?
¿Pasas frío?
¿Te hace realmente falta lo que acabas de comprar?
¿Eres feliz?

Pero son, sobre todo, las caras. Imágenes que en forma de ojos, narices y bocas determinan unas facciones inigualables. Historia que se comprende a través de la herencia que deja el paso del tiempo en la genética.

Y es también el tumulto. Los fragmentos de infinitas conversaciones que no alcanzo a comprender por ser emitidos en una lengua tan distinta. Y me sorprendo de que la Humanidad haya creado tantos sonidos, con el único objetivo de la comunicación. Luego, sueño que puedo entender esos fragmentos y en mi imaginación los uno,

formando la Historia diaria de Istiklal.



lunes, 11 de marzo de 2013

Adalar


Mercado de Tarlabaşı.
Colores, las voces de los vendedores preparando los puestos
Correr hacia el ferry y llegar justo dos minutos antes de la partida
Desayuno en el barco.
Prince Islands
Segunda isla.
Verde que te quiero verde
Caminar hacia el final
y al terminar el sendero en unas escaleritas
pura vegetación.
Árboles, hierba; a la orilla del mar.
Aguas abiertas,
Mármara.

Ferry de vuelta.
¿Cuántas vidas desde el lejano barco?
Miles de luces en la ciudad.
La Ciudad.
Estambul de nuevo, vuelta al hogar.
Osa Mayor
Fuegos artificiales en Kadıköy
El Puente sobre el Bósforo brillante.
Como dijo ella:
"Cuando piensas en Estambul, piensas en ese puente"

Unión de dos continentes.






sábado, 9 de marzo de 2013

Ömer Hayyam

 
Me despedí el martes del pequeño piso de la calle Pürtelas, del tranquilo barrio de Cihangir, de la tiendecita donde se juntaban todos los dueños y trabajadores de las tiendas de alrededor, de la frutería de enfrente. Subir la terrible cuesta ya no será parte de la rutina.

Cargados con más maletas y mochilas de lo que en un principio imaginé, mis amigos y yo parecíamos recién llegados a la ciudad. Rumbo a Tarlabaşı. Bienvanida a Ömer Hayyam sokak.

De repente, todo se tornó calor familiar. Los planes surgen de imprevisto en este nuevo hogar. Siempre hay algo que hacer. Çiğköfte desde el parque de Tophane.

Las vistas desde el tejado de uno de los talleres de las calles de detrás del Bazar de las Especias. Pagar una lira por persona al abuelillo que se encarga de abrir la puerta (tan antigua que podría ser otomana), no es nada comparado con lo que se observa desde allí.




















Era miércoles a la mañana siguiente y nos levantamos con el olor a crêpes que Louic había preparado por el cumpleaños de Clémond. Azúcar y limón. Buenos días.





Y el tiempo pasa entre fiestas de cumpleaños y conciertos en Kooperatif.



Tarde de viernes con Malte, Oğulcan y Nazlı. No son más que sonrisas, lugares de Estambul que nunca conocería si no fuera por ellos. Chocolatería escondida en una de las transversales de Istiklal Caddesi. "Oh la la Beátrice". Si tuvieras que imaginar un café mientras escuchas "La vie en rose", sería ese.



Iyi günler.




lunes, 4 de marzo de 2013

Aḏān

Y ahí estábamos, cinco viajeros en un barco por el Cuerno de Oro; taza de sahlep en mano. Cánticos del muezzin que llamaba a los fieles.





La llamada a la oración o aḏān ([ʔaðān]; se puede encontrar transcrito como adhan, azhan o adan entre otras variantes) es la fórmula que se usa en el Islam para convocar a los fieles a la oración obligatoria (salat). Usualmente la recita o canta el almuédano desde el minarete o alminar de la mezquita. La palabra aḏān en castellano procede de la raíz árabe ʼḏn, que significa «oír».

El objetivo del aḏān es convocar a los fieles a la oración y se pronuncia cinco veces al día en el islam sunní y tres veces en el islam chií. Tras el aḏān hay una segunda fórmula llamada iqāma que se pronuncia justo después de iniciar la oración y que tiene por objeto informar precisamente de que la oración ha empezado. Es muy similar al aḏān.
El aḏān, como la oración, se pronuncia siempre en árabe, lengua litúrgica del Islam. La única excepción a esto ha sido la de Turquía, donde el gobierno nacionalista de Mustafa Kemal Atatürk estableció en los años 20 la sustitución del aḏān árabe por una traducción en turco. Finalmente, el 6 de junio de 1950, un cambio de gobierno permitió que se pudiera volver a utilizar el aḏān original.

El aḏān sunní

Según la tradición sunní, la llamada a la oración no procede de Mahoma, sino de uno de sus sahaba o compañeros. Sin embargo, Mahoma la prefirió frente a las campanas cristianas o el shofár (cuerno) judío.

En la oración del viernes hay dos aḏān. El segundo se recita una vez que la oración propiamente dicha ha concluido, cuando el imam da comienzo a su sermón o jutba. Entre ambos aḏān se recita la iqāma que señala el inicio de la oración, como es habitual.
Este es el contenido del aḏān sunní (cada frase se pronuncia dos veces excepto la última):

«Dios es más grande, Dios es más grande» (x 4) الله اكبر الله اكبر allāhu akbar
«Doy fe de que no hay más dios que Dios» (x 2) اشهد ان لا اله الا الله ašhadu an lā ilāha illā-llāh
«Doy fe de que Mahoma es el mensajero de Dios» (x 2) اشهد ان محمدا رسول الله ašhadu ānna muḥammadan rasūlu-llāh
«Acudid a la oración» (x 2) حي على الصلاة ḥayya ʿalà ṣ-ṣalāt
«Acudid a la salvación» (x 2) حي على الفلا ح ḥayya ʿalà l-falāḥ
«La oración es mejor que el sueño»* (x 2) الصلاة خير من النوم aṣ-ṣalātu jayrun min an-nawm
«Dios es más grande» (x 2) الله اكبر الله اكبر allāhu akbar
«No hay más dios que Dios» لا اله الا الله lā ilāha illā-llāh

*La frase «la oración es mejor que el sueño» se pronuncia únicamente al llamar a la oración del alba (al-fayr). Puede haber pequeñas variaciones en las repeticiones de las frases: por ejemplo, la expresión allāhu akbar («Dios es más grande») a veces se dice sólo dos veces, en vez de las cuatro que se establecen aquí.