jueves, 18 de abril de 2013

Aile


No sé cuánto tiempo ha pasado, y no es por no mirar el calendario. Es que lo que parecen meses han sido tan sólo semanas. Todo pasa demasiado deprisa.

Hace ya casi un ciclo que vino la ansiada visita familiar.
Duró demasiado poco. Abarcamos lo imposible en tan corto espacio de tiempo.
Fueron tejados y viajes en goblo. Fueron 70 cm de kebab y rakı en el Pasaje de las Flores. Fueron conversaciones y bromas. El ambiente cálido. Las fotos juntos.






























Çok teşekkürler.

viernes, 12 de abril de 2013

Giyim ve süs eşyaları

El Islam permite, y de hecho requiere, que el musulmán sea cuidadoso con su apariencia, se vista decentemente, mantenga su dignidad y disfrute de lo que Dios ha creado para vestimenta y adornos. 

Desde el punto de vista islámico, la vestimenta tiene dos propósitos: Cubrir el cuerpo y embellecer la apariencia. Dios -Glorificado y Ensalzado sea- considera la dotación de vestidos y ornamentos para los seres humanos como uno de sus favores a la humanidad: "¡Y recordad cuando erais pocos, oprimidos en el país, temerosos de que la gente os capturara! Entonces, os procuró refugio, os fortaleció con Su auxilio y os proveyó de cosas buenas. Quizás, así, fuerais agradecidos" (7:26).
 
Cualquiera que desdeñe uno de estos dos aspectos -la vestimenta y los ornamentos- se ha desviado de la senda del Islam hacia la senda de Satán.


jueves, 11 de abril de 2013

Güzellik.

La muchacha más bonita del mundo limpia la escalera de mi bloque. 
Acabo de pagarle 15 liras que no sé si están incluídas en el alquiler del piso.
Conversaciones cortas. ¿Cómo te llamas?
Y se fue moviendo la escoba arropada por el rosa del color del pañuelo que, a la manera kurda, adornaba su pelo.

Kolay gelsin.

lunes, 8 de abril de 2013

"Cuando los barcos navegaron sobre la tierra"



El emperador Constantino bautizó con su nombre a la ciudad de Bizancio, y se llamó Constantinopla este estratégico punto de encuentro entre Asia y Europa.

Mil cien años después, cuando Constantinopla sucumbió al asedio de las tropas turcas, otro emperador, otro Constantino, murió con ella, peleando por ella, y entonces la Cristiandad perdió su puerta abierta al Oriente.

Mucha ayuda habían prometido los reinos cristianos; pero a la hora de la verdad, Constantinopla, sitiada, asfixiada, murió sola. Los enormes cañones de ocho metros, perforadores de murallas, y el insólito viaje de la flota turca, resultaron decisivos en el derrumbe final. Las naves turcas no habían podido vencer las cadenas, atravesadas bajo las aguas, que les impedían el paso, hasta que el sultán Mehmet dio una orden jamás escuchada: mandó que navegaran sobre tierra. Apoyadas en plataformas rodantes y tiradas por muchos bueyes, las naves se deslizaron por la colina que separaba el mar Bósforo del Cuerno de Oro, cuesta arriba y cuesta abajo, en el silencio de la noche. Al amanecer, los vigías del puerto descubrieron, horrorizados, que la flota turca emergía antes sus narices, por arte de magia, en las aguas prohibidas.

A partir de entonces, el cerco, que era terrestre se completó por mar, y la matanza final enrojeció la lluvia.

Muchos cristianos buscaron refugio en la inmensa catedral de Santa Sofía, que nueve siglos antes había brotado del delirio de la emperatriz Teodora. Metidos en la catedral, esos cristianos esperaban que del cielo bajara un ángel y corriera a los invasores con su espada de fuego.

El ángel no vino.

Sí vino el sultán Mehmet, que entró en la catedral, montado en su caballo blanco, y la convirtió en la principal mezquita de la ciudad que hoy se llama Estambul.


Eduardo Galeano.