domingo, 26 de mayo de 2013

Görüşürüz

Se nos murió a todos algo cuando se fue Lena.

Y luego se marchó Joey, el chico de la sonrisa tras el pazar.

Se va acercando esa temida sensación de no volver a ver en mucho tiempo la línea del horizonte recortada por los minaretes y nos estremecemos al pensar en el silencio de las ciudades sin el canto del imán.




domingo, 19 de mayo de 2013

Yaz


Sabes que es verano en Estambul cuando el kilo de tomates vuelve a valer 1 TL en Tarlabaşı.

viernes, 17 de mayo de 2013

viernes, 10 de mayo de 2013

Burası Türkiye


Todo comenzó en el lugar donde empieza la Historia.
Sanlıurfa, grandiosa como su nombre indica, nos recibió con su aroma diferente.
Lejos quedaba Istanbul y los kurdos se asomaban para recibir a las tres forasteras de mochilas gigantes.
Cruzar el moderno centro de Urfa para llegar a la pura Turquía.
Núcleo donde se mezclan el turco, el kurdo y el árabe.

En medio de la multitud cuadriculados bloques de reciente construcción, se halla el lugar sagrado. Allí donde Abraham nace como figura para convertirse en profeta de las tres religiones.
Edificios de adobe, especias, "salvar" para los hombres, pañuelos violeta para proteger del intenso sol de las tierras del desierto. Verdadera forma de vida. Té, mucho té de sabor diferente al de la gran metrópolis. Noches de música kurda y buena comida sobre la alfombra.



























Apenas 30 kilómetros separan Harram de la frontera con Siria.
Se dice que es uno de los asentamientos más antiguos del mundo, habitado de forma ininterrumpida hasta la actualidad. Construcciones de materiales paupérrimos que habían resistido al paso de los siglos. Ropajes auténticos, rasgos diferentes.

Conversaciones profundas con un helado en el interior de un minimarket, para aguntar el terrible calor en la espera del autobús.

















Encaminamos los pasos hacia la cima del monte Nemrut. Kahta nos esperaba tras un largo viaje en dolmuş. En el pequeño autobús dormían los niños, los hombres cedían su asiento a las mujeres y se mezclaban las miradas curiosas hacia nosotras tres.

Llegamos sin rumbo fijo y a la media hora encontramos una habitación compartida donde poder descansar para el gran día de mañana.

Murat se llamaba el chófer. Su lema: "No honey, no money. No whisky no risky".
Y entre bromas y conducción temeraria, nos mostró lo mejor de su región, poniendo como guinda el ansiado monte de las cabezas de piedra gigantes.





































Antes de tomar el siguiente autobús. El dueño del hotel nos invitó a un desayuno a cambio de que las tres estudiantes de Bellas Artes (güzel sanatlar oğreciler) le dibujaran un mapa de los monumentos visitados.





Sin saber muy bien la locura que íbamos a cometer, montamos en en otobus. 19 terribles horas de viaje hasta llegar a la mañana siguiente a Antalya.

Allí nos esperaba Fatos, amiga de Umut; que nos acogió de maravilla en su casa.
Sol y playa. Ansiado descanso fuera del ruido estambulita.

Visita nocturna a una ciudad de la que poco esparaba y que me sorprendió gratamente. Çok teşekkürler, Fatos.







En la mañana del domingo, Fatos nos recomendó Phaselis.
Playa paradisiaca bajo las cumbres y a la vera de ruinas romanas.

Cena caliente, que supo a gloria, tras una semana de pan, queso y tomates.












Último destino: Pamukkale. Después de siete meses viviendo aquí, por fin visitaríamos el famosos balneario natural.

La montaña blanca de alzaba imponente sobre el pueblo. Las terrazas de caliza se nos antojaban un sueño. Dejamos caer la noche mirando al cielo estrellado.

A la mañana siguiente disfrutamos paseando sobre los travertinos que masajeaban nuestros pies. El agua caliente se llevó todas las impurezas de nuestros cansados cuerpos. Y nos dejó la calma necesaria para volver al hogar.

A la tarde, se nubló el cielo. ¡Volved a casa!- gritaba.
Cogimos el último de los autobuses de nuestro viaje.















Estambul nos recibió cubierto de nubes. Atrás quedaban el sol y la alegría del viaje.
Rutina invernal. C'est fini.

Höş geldiniz!